Organizaciones saludables: de la guerra a la colaboración

Esto hay que hacerlo así. ¡Que no, que hay que hacerlo asá!. Que no hace bien su trabajo y me crea mucha carga a mí. Mucho «tendríamos que hacer» y luego no lo hacemos…

La convivencia en el día a día genera tensiones. Igual que ventilamos la habitación por la mañana, es sano «airear» las tensiones de manera periódica en las organizaciones.

¿Para qué?

  • Para transformar los conflictos en oportunidades. Todas las voces traen una información valiosa para el equipo de trabajo. Si podemos escuchar qué necesidades hay detrás, podremos cuidarnos como equipo y avanzar en una misma dirección.
  • Para sentir bienestar en nuestro equipo. De la misma manera que los conflictos interiores que tenemos con nosotrxs mismxs nos agotan y nos quitan energía, lo mismo pasa en los grupos. Cuando liberamos esta energía podemos ser más eficientes y disfrutar con lxs demás.
  • Para evitar la escalada del conflicto. Si no prestamos atención a estas tensiones, poco a poco van aumentando: incomodidades, indicentes, malentendidos y rechazos que siguen escalando hasta llegar a la crisis. Cuanto más escalamos, más laborioso es recuperar la relación.

Ofrecemos sesiones de facilitación para «sanear emocionalmente» los conflictos y tensiones. De modo que afloren esas voces que son más difíciles de expresar y podamos indagar qué necesidades traen detrás. Así, podremos encontrar estrategias conjuntas de colaboración.

¡Hacia organizaciones humanas, saludables y eficientes!



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